Thursday, September 27, 2007

¿La vida privada de un docente debería afectar su trabajo y a sus alumnos?

Una docente travesti fue separada de su cargo por cuestiones de género

Una docente travesti, que se encontraba realizando una suplencia en la escuela primaria ESB 8 de Quilmes Oeste, fue separada de su puesto de trabajo por parte de las autoridades escolares y la Dirección Provincial de Inspección General a raíz de la disconformidad de muchos padres de los alumnos, con el supuesto objetivo de, según el titular de la Dirección de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social bonaerense Juan Otero, “darle prioridad en acto público para que pueda tomar otro cargo, porque él renuncia por una causa externa que vulnera sus derechos”. Sin embargo, la vicedirectora del colegio, Ángela Pascucci, declaró ante la agencia de noticias TELAM que “el docente en ningún momento renunció” y que a los tres días de comenzar su trabajo, y sin quejas del alumnado, “las máximas autoridades de Educación de la Provincia decidieron reubicarlo”. Algunas versiones que caminan por la comunidad educativa, según el diario Página 12, afirman que la maestra, conocida como Pamela, quien se recibió en el 2002 y trabaja sin inconvenientes en un colegio de Florencio Varela, habría recibido amenazas por parte de los padres, lo que Otero refutó diciendo que “no existe ningún elemento que dé cuenta de denuncias u oposiciones. Si hubo algo fue telefónicamente”. ¿Es poca cosa acaso una amenaza telefónica?.
Uno de los padres, que no quiso revelar su identidad, afirmó al diario Clarín que no discriminan a los travestis, pero que están “en contra de que un hombre vestido de mujer le dé clases” a sus hijos. Sin embargo, ¿debería ser una cuestión de género un impedimento para que un profesional pueda trabajar? ¿No fomenta eso acaso que los niños sean discriminadores?.
Para todos aquellos que estén de acuerdo con los padres, la pregunta es: ¿Por qué? Si la respuesta envolviera al temor de que haya una influencia en la sexualidad de sus hijos, deberían rever esa justificación y evaluar si no están contribuyendo a una sociedad en la que se puede apreciar una gran discriminación a las personas que presentan una apariencia, para algunos, diferente. ¿Pero, quién no es diferente? ¿Los gordos, los flacos, los pelados, las personas con dificultades motrices, las de dificultades cerebrales? ¿Los ciegos, los sordos, los mudos, los ancianos, los jóvenes, los gays, las lesbianas, los travestis?,¿Los hombres, las mujeres?.
Hace dos días, el sitio Web www.minutouno.com abrió una polémica:” Influye, a la hora de dar clase, que un docente sea travesti?”. Para responder esto citaron, entre otros, a la psicopedagoga Alejandra Libenson, quien declaró que” la identidad de los hijos y la construcción de género se dan en el interior de la familia en los llamados aprendizajes tempranos. El adulto docente es un referente en cuanto al aprendizaje. La identidad sexual es una cuestión íntima que hace a la vida privada de los seres humanos. Tiene que ver con los valores que le otorga cada institución a la cuestión de género”. Minutouno también citó a Jose Cernadas, especialista en niños y adolescentes, quien “no entiende cómo este tipo de inclusiones no se llevan a la práctica con una reunión con los alumnos para explicarles en términos de las preguntas que ellos se hagan”.
El mes pasado se vivió un caso similar a este en Tierra del Fuego, en el que una docente travesti dictaba clases de Historia. En este caso, el rector de una de las instituciones en las que trabajaaba afirmó que la maestra tenía el “título, puntaje y merituación” necesarios para acceder al cargo, y, en otro, los directivos aseguraron que su desempeño era “irreprochable”. La Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT) la apoyó y afirmó que es “discriminada por su identidad de género”.FALGBT, en un documento que dio a conocer el 25 de agosto pasado, declaró: las personas trans sufren en la Argentina una gravísima situación de discriminación y exclusión social: tienen negado su derecho a la identidad, no pudiendo contar con un documento que diga su nombre, atraviesan por duros obstáculos en su paso por el sistema educativo, por lo que muchas de ellas no consiguen terminar la escuela, son discriminadas a la hora de buscar trabajo y, producto de esa discriminación, muchas de ellas se ven obligadas a prostituirse como único medio de subsistencia.
Conclusión: La sociedad, afortunadamente, está regida por una diversidad cultural de personas muy grande. Si un travesti, un gay, una lesbiana, un pelado, un gordo, un flaco, un no vidente o alguien con discapacidades para movilizarse, no da clases en un colegio primario, no implica que los chicos no vayan a ver a esas personas todo el tiempo y en todos lados: desde la calle hasta la televisión. ¿La salida fácil al asunto es excluirlos? ¿Acaso es difícil hablar con los hijos de ciertos temas? Seguro que si, pero solo el diálogo permite el progreso. Dicen que los chicos son el futuro, y esforzarse por dialogar con ellos y educarlos fomentando igualdad social, sin duda llevará a construir una sociedad más justa para todos.


Publiqué hoy este artículo también en la revista digital TodasTusCosas.com: http://www.todastuscosas.com/?p=199

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