Monday, July 30, 2007

A 5 años de la muerte de Kosteki y Santillán

(El siguiente artículo lo publiqué el 26 de junio, pero por errores de publicación lo vuelvo a presentar)

Se cumplieron ayer 5 años de la muerte de Kosteki y Santillán en la Masacre de Avellaneda. El 26 de junio del 2002, con Duhalde como presidente y a casi 6 meses de la caída del gobierno de De La Rúa, grupos de manifestantesdecidieron cortar el Puente Pueyrredón, pero la Policía los reprimió. Según el fotógrafo de Clarín Pepe Mateos, “los vecinos iban a cortar puentes para pedir por sus compañeros presos, por salud, educación y comida”. Sin embargo, el resultado fueron dos muertos, más de 90 heridos y 170 detenidos.
La crisis causó 2 nuevas muertes” es un documental titulado, a modo de crítica, del mismo modo que tituló el diario Clarín su nota de tapa en la edición del día posterior a la masacre en un intento de desligar de los hechos a la Policía y al Gobierno. El film reconstruye y analiza los hechos ocurridos en la Masacre de Avellaneda, las maniobras políticas del gobierno y la manipulación de la información por parte de los grandes medios de comunicación. El documental, dirigido por Patricio Escobar y Damián Finvarb, cuenta lo sucedido a través de diversas imágenes y testimonios de periodistas, fotógrafos y familiares de las víctimas.
El diario Clarín volcó en su nota del día siguiente a la masacre, al igual que La Nación, una visión oficialista a través de líneas dedicadas a contar la respuesta presidencial y a citar las opiniones de diferentes funcionarios y del comisario Alfredo Fanchiotti, que resultará luego, junto al cabo Acosta, uno de los culpables de los asesinatos y condenado a cadena perpetua. Además, la secuencia de imágenes que demostraba que las muertes habían sido provocadas por la Policía, y no por los piqueteros como sugería el Gobierno, tardaron dos días en ser publicadas en estos diarios. Los asesinatos habían sido registrados por dos fotógrafos, uno independiente y otro de Clarín.
De los diarios de mayor circulación, Página 12 fue el único que dedicó especial importancia a las víctimas fallecidas y no le prestó tanto espacio a la opinión oficialista. “La cacería policial terminó con dos muertos a balazos” fue el título del artículo publicado dentro del cuerpo del periódico. Se les otorgó nombre y apellido a los fallecidos en no menos que el primer párrafo y se publicó una foto de uno de los muertos en el suelo rodeado de sangre.

Friday, July 13, 2007

"Operaciòn masacre": la cobertura de los medios de comunicación

El libro “Operación masacre” del periodista y escritor Rodolfo Walsh, desaparecido en la última dictadura militar, transitó un arduo camino antes de ser publicado. “Durante varios meses he presenciado el silencio voluntario de toda la prensa seria”, escribió el autor en la primera edición del libro en referencia a la masacre experimentada en los basurales de José León Suárez el 9 de junio de 1956.
Cuando ocurrieron los crímenes, los diarios que el escritor llamó “serios” no registraron nada. Walsh logró convencer a los dirigentes de la revista “Mayoría” de publicar ocho artículos y un apéndice entre mayo y julio de 1957. Para Walsh, publicar en esta revista no significaba apoyar las ideas de los directivos ni compartir con ellos la misma posición política. Pero no había otros medios de comunicación dispuestos a publicar sus notas y a él le urgía hacerlo.
En diciembre de 1956 el autor ya había logrado publicar en el diario “Propósitos” la denuncia de un sobreviviente. Entre enero y marzo de 1957, previo a publicar en “Mayoría”, el periódico nacionalista “Revolución nacional” aceptó dar a conocer a sus lectores seis notas del autor. “Operación masacre” fue editado por primera vez meses más tarde por la editorial Ediciones Sigla, pero fue reeditado en 1964, 1969 y 1972, con modificaciones y ampliaciones realizadas por el autor.
En 1977 Walsh presentó una carta dirigida a la Junta Militar en diversos medios de comunicación en la Casa de Gobierno: “La carta abierta de un escritor a la Junta Militar”. Al día siguiente de presentarla fue secuestrado, y aún hoy permanece desaparecido. Ningún medio de comunicación accedió a publicar su trabajo hasta 1984, cuando, ya en democracia, la editorial De La Flor realizó una reedición e incluyó su trabajo como apéndice. “Uno piensa que una historia así, con un muerto que habla, se la van a pelear en las redacciones”, declaró el autor en la segunda edición del libro. Walsh se equivocó en eso, pero continuó su lucha hasta el final.