El artículo “Tras una gran victoria de la comunidad judía en Argentina, una trágica muerte” publicado el martes pasado, se centraba en el fallecimiento del rabino Ariel Korob, y mencionaba un triunfo importante dentro de esa religión. Pero una nueva investigación logró que la información sea mucho más clara: las cosas no podían ser tan simples, la victoria no podía ser tan grande, la discriminación no podía terminar. Sólo se avecina una solución de compromiso, que no brega por la igualdad por la que luchan muchos que anhelan que judíos de nacimiento y conversos tengan los mismos derechos.Es cierto que hubo un gran avance. El presidente anterior de AMIA (Asociación mutual israelita de Argentina), Abraham Kaul, consultó durante su mandato a las autoridades máximas religiosas en Israel (Grandes Rabinos) sobre el asunto: posibilidad de que judíos conversos sean enterrados junto al resto en el mismo cementerio, ubicado en La Tablada.Los judíos conversos son personas que “heredaron” una religión diferente al judaísmo, y decidieron convertirse por propia elección. Los Grandes Rabinos le respondieron a Kaul que su pedido no sería posible por el momento. El motivo se basaba en internas conflictivas. Los rabinos más tradicionalistas (denominados “ortodoxos”) no están de acuerdo en convertir a una persona al judaísmo sólo por la iniciativa de casarse con una mujer de esa religión. Aseguran que sólo debería convertirse aquél que tenga fe y lo demuestre. En cambio, los rabinos más liberales consideran que la conversión de un ser judío que quiere casarse con un no judío permite que se mantenga unido a la comunidad y su creencia tenga continuidad en su conyugue y sus hijos.
Los Grandes Rabinos aseveraban que el entierro de los conversos y los judíos de nacimiento no debía realizarse en el mismo lugar debido a que no aceptaban las conversiones concretadas por rabinos liberales, sólo aceptaban aquellas llevadas a cabo fuera de Buenos Aires y que cumplieran todos los requisitos que impone el “Shuljan Aruj”, un código legal que establece las leyes de la cotidianeidad de los judíos.
El nuevo presidente de la AMIA, Grynwald, apoyado por rabinos como Bergman y Korob (mencionados en el artículo anterior), continuó con la causa y realizó, mediante intermediario, la misma pregunta nuevamente a los Grandes Rabinos de Israel. Esta vez, aceptaron que sean sepultados en el mismo lugar pero con ciertas condiciones, a pesar de aún no reconocer las conversiones llevadas a cabo por rabinos liberales. Resulta que estas condiciones tienen un peso que excede la mayoría de las balanzas.
Los judíos conversos podrán ser enterrados en el cementerio de La Tablada, pero no junto a los demás. Podrán ser sepultados allí pero en un sector otorgado especialmente para ellos, un terreno que establezca la conducción de la AMIA pero que esté separado del resto de las parcelas, y lo más importante: DEBERÁ SER UN SECTOR AÚN NO HABILITADO PARA LOS ENTIERROS, es decir, un área no sagrada.
Es importante que judíos y no judíos puedan comprender la dimensión de este problema. “Ayer” se dio un gran paso, todos los miembros de la comunidad tendrán el derecho de estar en el cementerio de su religión. Ahora falta lo esencial, que puedan estar mezclados, sin diferencias. Los rabinos ortodoxos deberían comprender que todo aquél que se convierte al judaísmo, si no lo hace por su propia fe, lo hace por la importancia que tiene para su conyugue la continuidad de la religión. Si esta persona acepta convertirse y contraer matrimonio a través de una ceremonia religiosa sólo porque su conyugue así lo desea, lo más probable es que tampoco tenga inconvenientes con que sus hijos continúen con una educación judía y las tradiciones de la comunidad.
Todas las religiones tienen extremos. Los extremos que se transforman en entes que no toleran los derechos humanos mismos, deberían ser repensados con detenimiento, y transformados. Si esto no fuera posible, entonces las religiones no deberían estar “presididas” por extremistas que discriminan a personas dentro de su misma comunidad u otros que durante tanto tiempo estuvieron totalmente en contra de la utilización de un salvavidas como el bendito profiláctico. Dentro de las religiones hay personas que respetan las tradiciones de su creencia y, a la vez, los derechos de los seres humanos. A ellos habría que mirar.
Este artículo lo publiqué también hoy en la revista digital TodasTusCosas.com:
http://www.todastuscosas.com/?p=1088
Tuesday, February 19, 2008
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1 comment:
Sería bueno que todos aquellos que ejercen dentro de una religión una postura discriminatoria se preguntaran si su dios discriminaría a quienes quisieran abrazar esa creencia.
Hay cosas tan incorpóreas y tan ultraterrenas -tales como la fé- que están mucho más allá del poder de decisión de una o más personas.
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